La ciencia alejandrina
De Jansson Jansonius - Scanné de Coureurs des mers, Poivre d'Arvor, Dominio público, Enlace
Los avances filosóficos y científicos en el Museo y en Alejandría del siglo III a.C al siglo III d.C.
Alejando Magno venció a los persas que dominaban Egipto en el 331 a.C., Esto hizo que fuera percibido por los egipcios como un libertador, lo que unido a la larga relación entre griegos y egipcios, permitió a este autodenominarse Faraón del territorio. Entonces fundó Alejandía en la desembocadura del Nilo, en un lugar tremendamente estratégico, con la intención de convertirla en la capital griega de todo Egipto.
La ciudad fue muy floreciente desde su fundación, incluso tras la muerte de El Conquistador, cuando uno de sus generales, Ptolomeo I Soter se quedó con el territorio. Ptolomeo fundó su dinastía (ptolemaicos o lágidas) en la zona sur, sobre los restos del imperio egipcio, y, en parte, se fundieron con éste. Esta dinastía, la más floreciente de los restos alejandrinos, se asentó sobre el imperio egipcio y terminó con la muerte de la última faraona, Cleopatra VII Sóter. Cleopatra, considerada una figura política excepcional, intentó que el imperio no fuera invadido por los romanos, uniéndose a Marco Antonio. Sin embargo éste perdió guerra civil contra Octavio en el 31 a. C y la ciudad fue conquistada.
Tanto Alejandro como Ptolomeo (y sus descendientes) tuvieron la intención, desde el principio, de superar el modelo ateniense, fomentando la edificación pública, la cultura y la prosperidad comercial y económica. Ptolomeo construyó, entre otras numerosas maravillas, un centro de enseñanzas y estudio pretendiendo superar a La Academia y a El Liceo. Esta especie de universidad, la mayor del mundo antiguo, estaba dedicada a las musas, así que se conoció como el Museo. Las enormes instalaciones contaban con bibliotecas, salas de estudio similares a laboratorios, jardines zoológicos y botánicos, observatorios astronómicos, etc. El centro rivalizó en sabiduría con La Academia y con el Liceo, que, finalmente, se trasladó a Alejandría. Mientras que en la Academia triunfaba la filosofía teórica (humanismo, metafísica, matemáticas puras, etc.), en el Museo, inspirado por el aristotelismo de El Liceo, se practicaba una filosofía práctica y experimental orientada al estudio de la physis.
En este lugar confluyen numerosos investigadores, algunos procedentes de la Academia, como Euclides, aunque la mayoría más preocupados por el mundo físico. De hecho, el museo supone la iniciación de toda una corriente dentro de la filosofía helenística de corte aristotélico y experimental, mientras que en Atenas se mantiene la vertiente especulativa y ática (durante algún tiempo, incluso estuvo prohibida en el Museo la especulación metafísica). Las únicas diferencias notables con el Liceo son la ausencia de un departamento de Lógica (considerada instrumental por Aristáteles) sustituido por uno de Matemáticas (eso sí, no adscrito a las matemáticas puras platónicas); y el abandono de la teleología en el orden de la naturaleza.
El helenismo científico, de mano de los ptolemaicos, alcanzó importantes logros, tanto en la sistematización y recopilación de teorías, como en novedosos avances en todos los campos de la ciencia. La biblioteca del Museo, por sí misma supone un hito en la historia de Occidente. Llegó a contar con más de 700.000 ejemplares. En el año 48, durante el asedio de Julio César, se quemó una gran parte de la misma; sin embargo fue reconstruida, aunque perdió su carácter innovador. En el 390 volvió a ser destruida por culpa del fanatismo cristiano (suceso reflejado en la película Hipatia), aunque de nuevo volvió a reconstruirse. Finalmente, en el 641 los musulmanes arrasaron lo que quedaba de ella. Su pérdida, dada la importancia que cada ejemplar tenía en la antigüedad, es de incalculable valor cultural. A menudo se sitúa la quema de la Biblioteca de Alejandria como una de las causas del retroceso cultural del medievo.
Entre las principales figuras de la ciencia alejandrina podemos destacar:
Euclides
Euclides de Alejandría (330-270 a.C.): considerado uno de los padres de la Matemática, estudió en la Academia, pero se convirtió en director del departamento de Matemáticas del Museo. Recogió y reorganizó el material pitagórico y formuló el primer sistema formal axiomático de las matemáticas. “Los Elementos” fue el libro de texto habitual en Matemáticas hasta el XIX.
Arquímedes
Arquímedes de Siracusa (287-212 a. C.): Es uno de los padres de la ciencias experimentales, y destacó como matemático, físico e ingeniero. Como matemático desarrolló en el estudio de las subdivisiones de una superficie geométrica (anticipándose 2.000 años al cálculo infinitesimal de Newton o Leibniz), también estudió la propiedades matemáticas de círculos y esferas, llegando a conseguir un cálculo aproximado de pi. En física es el descubridor del principio que lleva su nombre (sobre el empuje que recibe un objeto sumergido en el agua), del “método de la palanca” y del concepto de peso específico. En ingeniería se le deben numerosos inventos, como la catapulta, los espejos cóncavos usados como arma de guerra, o la hélice de extracción de agua (tornillo sinfín). Sus investigaciones de ingeniería inspirarán a personajes como Galileo.
Aristarco
Aristarco de Samos (319-230 a. C.). Suele señalarse que, de no ser por la pérdida de las teorías de Aristarco, la ciencia occidental, e incluso su historia, habrían sido muy diferentes. Es conocido como el Copérnico del mundo antiguo. Sus descubrimientos astronómicos son imponderables. Sostenla, por ejemplo, que la Tierra y los planetas giraban en torno al Sol (teoría heliocéntrica, recogida por Copérnico). Calculó matemáticamente las distancias relativas Tierra-Luna/Tierra-Sol. Razonó que, debido a la ausencia de paralaje, las estrellas debían estar infinitamente lejos. Su teoría heliocéntrica no tuvieron mucho calado, acaso el babilonio Seléuco.
Eratóstenes de Cirene continuó su labor de cálculo y consiguió resultados más precisos.
Los revolucionarios avances resultado de la ciencia alejandrina resultan casi increíbles. Casi todas las ramas de la ciencia actual ya fueron tratadas por estos pensadores e inventores. Por ejemplo:
En Ingeniería: Herón de Alejandría (s. I d. C.), que inventó de la primera máquina de la historia (una máquina de vapor casi 2000 años antes que Watson); Ctesibo, (s. III a.C.) y su discápulo Filón de Bizancio, que desarrollaron enormemente la ingeniería aplicada. Sus tratados constan de Principios y aplicaciones de la palanca; Construcción de puertos, artillería y balística; Neumática o máquinas que funcionan con aire comprimido; Construcción de autómatas; y Defensa y sitio de ciudades, destacando especialmente la invención del reloj de agua (accionado mecánicamente) y la artillería por aire comprimido.
En Medicina: El padre de la medicina griega, en general, suele considerarse Hipócrates (s. V a.C.). El primer maestro medico de Alejandría fue Herófilo de Calcedonia (s. III). Herófilo escribió un tratado Sobre la Anatomía, donde realiza una investigación sobre el asiento de la inteligencia. Recuperó la teoría de Alcmeón de Crotona (s. VI a. C., filósofo pitagórico que postuló la elimincación de los rituales místicos en medicina) que la localizaba en el cerebro, contradiciendo a Aristóteles que la transfirió al corazón. Para sus estudios realizá una disección del cerebro y del sistema nervioso. Tambien distinguió entre diferentes tipos de nervios y las partes del encáfalo. Además Herófilo fue el primero que distinguió entre venas y arterias, dándose cuenta de que las últimas latían, cosa que no ocurre con las primeras. Erasístrato de Quíos (s. III), también estudió las venas, trazando el mapa completo a simple vista, y defendiendo la circulación de la sangre. Estudió la respiración y el comportamiento entre fluidos, aire y vacío, desarrollando teoría sobre la respiración y la circulación del “espíritu vital”. En Asia Menor destacaron Cratevas, que fue el primero en dibujar y describir las plantas medicinales que cojía, y Apolonio de Citio, que realizó esquemas de operaciones quirúrgicas y métodos de vendaje. Galeno de Pérgamo (s. II d C.) realizó el mayor compendio de medicina del mundo clásico, considerándose el manual básico de medicina hasta la época moderna.
En Astronomía: Habría que señalar que esta era una de las ciencias que más interés despertaba desde la antigüedad. Entre los griegos encontramos todo tipo de teorías adelantadas a su tiempo. Por ejemplo, Platón ya defendía la rotación de la Tierra y la mayoría de los pensadores creían que la tierra era redonda y que su sombra provocaba los eclipses de Luna. Si bien, es entre los alejandrinos donde encontramos las más sorprendentes. Además de Aristarco, destaca Eratóstenes de Cirene, el geómetra , que mediante un ingenioso razonamiento, calculó el perímetro de la Tierra, cifrándolo en 39.651 Kms (errando, sólo, en 80 kms). También inventó los conceptos de latitud y longitud. Apolonio de Pérgamo estudió el conocido problema de los cambios de color de los planetas y las aberraciones de sus árbitas (estrellas errantes), proponiendo como solución su famosa teoría de epiciclos y deferentes. Hiparco de Nicea (o Hiparco de Rodas) descubriá el fenámeno de la precesián de los equinocios (constató que la posición de las estrellas fijas en los equinoccios y solsticios medidos en Alejandría en los últimos 150 años habían variado). Calculó el mes lunar con una precisión de un segundo. Realizó un catálogo de más de mil estrellas (cada una con su nombre), clasificándolas por magnitud. Se le atribuye el descubrimiento de una “nova”, que le llevó a conjeturar (según Plinio) que las estrellas nacen y mueren. Claudio Ptolomeo (s. I-II d. C.) elaboró un compendio astronómico de 13 volúmenes denominado “ Composición Matemática”, aunque es más famosa la denominación que le dieron los árabes: “Almegisto” (= el más grande). Hay que señalar que el Modelo Ptolemáico representó un cierto atraso respecto del modelo de Aristarco, asentando la creencia en universo más pequeño, simple y geocéntrico.